La parte cualitativa no la tenía que mirar, pues mucha gente (entre la que me incluyo) tenemos varios productos de P&G en casa y no concebimos usar otra cosa que no sea Fairy, por ejemplo, para fregar los platos.
No obstante, los números no son nada halagüeños, si lo que pensamos es que el moat que le suponemos a PG (y que yo realmente creo que tiene) lleva aparejado unos beneficios crecientes y sólidos, aparte de unos dividendos jugosos.
La realidad es que las ventas pasan de 76.700 millones (2009) a 66.800 millones en 2018, y no espero más de 68.000 millones en 2019. Parece que ya no se vende tanto Fairy. Lo grave es que quizás hasta 2022 o 2023 no vuelve a esos 76.700 millones. Serían 15 años de estancamiento en ventas. Mucho tiempo para volver a su nivel de facturación a pesar de ser una «blue chip» mundial.
El BPA es algo mejor, pasando de $3’39 (2009) a $3’89 (2019e), aunque aquí la reforma fiscal de Trump ayuda a maquillar un poco las cifras a favor de la compañía: en el primer trimestre de su año fiscal 2019 (acabado el 30 de septiembre de 2018), PG pagó 729 millones de impuestos sobre un Beneficio antes de Impuestos (BAI) de 3.940 millones, mientras que 12 meses antes pagó 881 millones en impuestos aunque ganó solo 3.751 millones.
La recompra de acciones ha sido un buen medio de creación de valor para los accionistas de PG. Y buena parte del FCF de los últimos años se ha gastado entre dividendos y recompra de acciones. También se ha repagado algo de deuda.
Pero, más allá de que la empresa ha gastado más o menos lo mismo en pagar dividendos (entre 7.200 y 7.400 millones), el dividendo está empezando a reducir su crecimiento de forma preocupante: mientras en los últimos 10 años el crecimiento del mismo ha sido de 6’02% anual compuesto (de $1’6 en 2008 a $2’87 en 2018), en los últimos 3 años el crecimiento no llega ni al 3% anual compuesto ($2’65 en 2015 a $2’87 en 2018).
¿Qué está pasando con los dividendos? ¿Es el dividendo sostenible?
Por supuesto que sí. Ronda un 65-68% del FCF esperado para este año, con lo que ahí no está el problema. Los directivos son prudentes en este aspecto. Sin embargo, reconocen con sus pequeñas subidas anuales que los flujos de caja son los que son: en 2009 tuvieron un FCF de 11.700 millones, mientras que en 2019 espero que el FCF sea de 11.100 millones (igual que en 2018). El FCF por acción, dadas las recompras, mejora en la última década y sube de $3’71 a $4’29, un pequeño consuelo.
La Deuda Neta no quita el sueño a la empresa, por otra parte. Pasa de 32.200 millones a 28.800 millones (2009-2019e). Quizás deberían acelerar el pago de la deuda, ahora que los tipos de interés están repuntando en EE.UU.
En definitiva, y tras ver los números históricos, me sorprende que los inversores la tengan como una empresa «core» de una cartera ideal de dividendos. Si la gente busca dividendos seguros y que suban conforme a la inflación, esta acción es ideal. Si lo que quieren es una empresa TOP mundial con unos números TOP y un crecimiento TOP, PG quizás no sea la más indicada. Por eso dije en un grupo de Telegram que PG no es una empresa «core» para mí, prefiero empresas que tengan mejores números y, en consecuencia, mejor crecimiento del dividendo.
Yo no tengo intención de comprar PG en 2018, y quizás no lo haga en los próximos años.
¿ALTERNATIVAS?
Yo tengo mi lista de candidatas de noviembre, por lo que estoy comprando acciones de esa lista. En la próxima entrada os hablaré de las últimas compras realizadas.
No obstante, como empresa que pueda ser similar a PG, quizás pueda ser buena opción Johnson & Johnson (JN). No la tengo estudiada, pero mirando su histórico en Morningstar, tal vez merezca la pena revisarla: Ventas suben un 27-28% en la última década, el dividendo casi se duplica, el FCF sube casi un 54%, etc. Falla en la recompra de acciones (no compra tantas como PG) y el BPA ha bajado muchísimo (por la reforma fiscal, posiblemente, habría que investigarlo).
¿QUÉ PIENSAS DE PG?
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