De donde vengo y adonde voy

Hola amigos, amigos hola…en capicúa.
Después de la entrada de V9 en la que ha empezao a contar su vida, me he decidío a hacer una parecida, porque aunque todo lo que vaya a poner ya está repetido por esas entradas y comentarios de este cacho blog, he intentado dar con ellas y no las he visto. Ya son muchas entradas, y miles y miles de comentarios y a saber dónde coño puse una cosa u otra…

Si que tengo localizadas estas dos entradas, Mi historia bolseril y Mi historia bolseril parte 2, del año 2015 en las que cuento cómo nació el Pobre Pecador y su increíble y envidiado (lo sé, lo sé) monedero, así que esto no lo voy a repetir, y sé que luego ya he soltao varias veces lo de mi infancia sin lujos y esas cosas…pero haré aquí una especie de entrada recopilatoria donde recojo de donde vengo y adonde voy. Tampoco es que vaya a contar algo especial que digamos, al contario, soy lo que viene a ser un «homo vulgaris», un don nadie, pero bueno…esta es mi cacho historia.


De dónde cohones vengo

Pues eso…de los cohones de mi padre, je,je,je. Nací un 15 de marzo del año de Nuestro Señor (Paramés) de 1972, en la capital del Reino del Jerte, Plasencia. y me crié en el mismo barrio en el que aún vivo, un barrio obrero y hasta cierto punto humilde, si lo comparamos con otros barrios de por aquí…

Como dije en la entrada anterior, me sorprende que muchos decís que conocisteis el mundo bolseril porque vuestros padres tenían Matildes y otras inversiones mientras los míos practicamente solo sabían leer y escribir…y lo poco que han sabido de finanzas es lo de ahorrar hasta el extremo máximo para cuando llegasen las vacas flacas y lo de no endeudarse nunca. Y solo comprar algo si se puede pagar, si no se mira lo bonito que queda en el escaparate y ya está. Y por supuesto los plazos fijos, eso ya en los 80, era lo más cercano a una inversión a lo que podían aspirar gentes como mis progenitores. Siempre hemos pertenecido a eso que llaman clase media-baja.

Mis padres pasaron mucha hambruna y penurias en esa tierra mía que por algo se la llamaba Extrema y Dura, pues nacieron en plena guerra (mi padre en ese 36 y mi madre en el 32) así que imaginaros criándose en esos campos arrasados por la puta guerra siendo críos, en esos escalofriantes años 40 de posguerra…y encima mi padre nunca conoció al suyo que murió en el conflicto…eso es crecer con una losa enorme añadida a la espalda…¡Cuantas veces cada vez que me negaba a comerme el plato de lentejas o judías, mi padre me recordaba lo de las mondas de patata que se llevaba a la boca…y no siempre!.

Aquí sí que os puede servir como hilo argumental esas películas de Buñuel y su enfoque de las Hurdes o la de los Santos Inocentes, pues peor que eso era esta bendita tierra mía en esa época tan oscura. Menos mal que eso quedó atrás hace años, y aunque seguimos en el furgón de cola respecto al resto de España (no hay más que ver el conflicto de los trenes averiados un día sí y otro también), la gente se queda maravillada cuando visita esta Comunidad Autónoma ya que es la gran desconocida y aún muchos se creen que seguimos como los de las películas esas y con boina y burro ¡Milana bonita!.

Lo que no sé es cómo pudieron aprender lo básico de lectura y escritura si en esos años la gente extremeña, al menos la campesina, la mayoría era analfabeta…Bueno mi padre sí sé que aprendió en la mili, así que imaginaos el panorama, pero a mi madre nunca le pregunté.

Yo me puedo dar con un canto en los dientes porque cuando nací, mi familia (tengo 4 hermanos mayores) ya llevaban 2 años instalados en Plasencia, así que eso de vivir en el duro campo, como que sólo lo padecieron ellos. Además mi padre ya trabajaba en una cantera y aunque era solo obrero sin cualificación (peón), con su sueldo daba para que viviéramos dignamente y con mi madre ocupándose de la casa y de nosotros (somos 6 hermanos)… Dile tú a cualquiera que críe una familia , no de 6, ¡de 2 hijos! hoy en día con un sueldo de obrero…

¡No valemos pa ná, comparado con nuestros mayores, ni tenemos ni puta idea de lo que significa la palabra padecimiento!. Reconocédmelo y dad sentido homenaje a vuestros mayores…porque se lo merecen de sobra.

Vivíamos sin lujos, nunca conocimos qué era eso de los Reyes o el regalo de cumpleaños (¿es quizá eso una especie de trauma y por eso a mi hija la colmamos a regalos?) y no existía coche en la familia por lo que nunca supe qué es eso de las vacaciones, además como también he contado, mis vacaciones desde muy chico se resumen en trabajar y trabajar bien en plantaciones (aceitunas, pepinillos, cerezas…) o en trabajos de peque (aprendiz) en talleres o bares, que suponían un ingreso extra para la familia que iba derechito al plazo fijo de turno. Ahorrar hasta el extremo, como puso el otro día nuestro amigo V9.

Claro que en mi caso fue fuerza mayor porque era una etapa en la que la cantera cerró después de décadas funcionando, y mi padre y sus compañeros quedaron con una mano delante y otra detrás, a una edad rondando los 55 años y en la que nadie te emplea ya…Fue la etapa más jodida que recuerdo. Mi padre en el paro y viviendo de los ahorros que tan lenta pero exitosamente habían acumulado. Y QUE A MI SE ME GRABÓ A FUEGO (eso que ahora llamamos colchón de seguridad y que NO SE TOCA…y si se toca, SE REPONE). Yo los oía por las noches hablando en su habitación…fue muy duro y tomé conciencia a muy temprana edad de lo jodida que era la situación.
Gracias a los trabajos del campo y trabajos intermitentes en el que contrataban a mi padre, bien en el ayuntamiento o cambiando las traviesas de madera en las líneas del ferrocarril por las actuales de hormigón alternándolo con el paro o que mi madre empezó a trabajar (y a cotizar pasados los 55 años) recogiendo cerezas…salimos adelante hasta que pudieron jubilarse los dos, pero con una tara. Después de más de 40 años cotizados de mi padre, los últimos trabajos intermitentes le penalizaron mucho y se jubiló con el mínimo…600 euros o así. Mi madre otros 600, y ahora desde que es viuda, pues 800. eso después de toda una vida trabajando duramente…

De pequeño no conocía esos «lujos» como son la nocilla, los yogures, las salchichas de frankfurt, los espaguetis y macarrones, las pizzas congeladas…esas cosas tan «exóticas» no eran aptas por lo caras que eran en nuestra tienda de barrio y solo con la llegada de los super y los hiper en los años finales de los 80 y sus marcas blancas, puede empezar a saborear esos «manjares» aunque fuesen de la marca Dia. No, no es ciencia ficción…¿un yogurt de Danone o Yoplait?, ¿una pizza Casa Tarradellas?…¡menudo dispendio!.

Lo bueno, si es que hay algo bueno en esto, es que al ser un barrio obrero, todos andábamos más o menos igual, sin un duro en los bolsillos y nadie destacaba más de la cuenta con ropa de marca y esas cosas. ¿Tener moto en la adolescencia para fardar con las chatis?, ¡sí hombre!, si acaso los que abandonaron los estudios y se pusieron a currar por ahí, algunos sin graduado escolar siquiera, pero los que decidimos seguir en el institulo o FP, estábamos pelaos.

Íbamos todos al colegio público del barrio y jugábamos en el mismo descampao lleno de matojos y piedras al fútbol con el balón guarreras que tuviera alguno y los más pijitos, los de colegios privados, pronto abandonaban el barrio por otro de más caché, así que esos no se juntaban con la plebe…pero mis amigos (los que aún formamos la pandilla después de 35 años), éramos todos del mismo pelaje.

Eso sí, ellos no tenían el «extra» del verano que tenía yo…
-Un verano curré en el bar de la piscina municipal y mis amigos…a bañarse.
-Otros dos me los pasé en Alicante, en casa de mis tíos currando de feriante con un carrito de chuches, pipas, chufas y coco para vender a los turistas en el puerto deportivo. Esto mis amigos o mi mujer, nunca lo han sabido, se pensaban que me fui a la playita dos veranos, ¡y que qué suerte!.
-Al siguiente…peque en un taller de electricidad, con un jefe el hijo de la gran…que no parecía darse cuenta de que era un criajo muy chico para según qué trabajos y me comía unas broncas…
– Otro verano más…Este sí fue medio descansado porque lo pasé con algunos de mis colegas haciendo un curso de camarero de sala que era remunerado con 30000 calas al mes, además de currar en la barra del bar donde dábamos el curso.
-Dos veranos seguidos más…recogiendo pepinillos en un pueblo perdío de esos de colonos. Y yo con novia (mi mujer) sin poderla ver esos meses y nuestras hormonas juveniles alborotás. Aquello fue muy, muy duro, trabajar de sol a sol, de lunes a domingo, LITERAL. Son los dos veranos de peor recuerdo…con diferencia.
-Otro, por la mañana repartiendo catálogos de enciclopedias por las mañanas y por la tarde curso de administrativo.

Y así me jodí toda la adolescencia sin un verano en el que rascarme los güevos como mis colegas, que pa eso me lo había ganao pues nunca me quedó ninguna en mis 8 años de EGB ni los 5 de FP, ¿y cuál fue el premio?…a currar y en invierno a estudiar.
En mi casa eso estaba muy clarito (como les pasó a mis hermanos), si no quieres estudiar, te buscas un curro pero en casa no vas a estar haciendo el vago…

Haced cálculos, estuve currando los veranos entre los 12/13 años (impensable totalmente hoy en día y motivo de cárcel para quien lo permita) y los 20. Incluso de más chico, como en navidades, en las vacaciones del cole cogiendo aceitunas, y entonces las heladas de los campos, ERAN HELADAS, no lo de hoy.

Hasta que empecé a trabajar y abandoné la universidad, mili de por medio (hasta en eso tuve mala suerte, joder, mira que hay destinos y me mandan a Melilla y al cuerpo más duro…a Regulares), vuelta al curro…y hasta hoy.

El resto ya lo sabéis…sigo en el mismo trabajo después de 22 años y pico (Toquemos madera), he podío ahorrar mucho gracias a mi sueldo y el de mi mujer. Me pude comprar mi casa, amueblarla y mis coches (4 en estos años,1 nuevo y 3 de 2ª mano) todo pagado a tocateja (tal y como me enseñaron en casa), tengo mi propia familia y también he adorado por encima de todas las cosas los plazos fijos al estilo de lo que mamé de siempre y además de seguir con lo de no endeudarme NUNCA, NUNCA, JAMÁS DE LOS JAMASES. Y todos los año hago algo que mis pobres padres no pudieron permitirse hasta la cincuentena…irnos de vacaciones cada año aunque solo sea una semanita por ahí.

Mi plan era de lo más sencillo, el que hace mucha gente, nada en especial ahorrar y punto…juntas 3 millones y medio de pesetas a lo largo de los años 90 (sin gastar nada del sueldo y viviendo con tus padres, claro, en eso tuve mucha suerte pues ya no hizo falta que lo incorporara a la economía familiar; pero la condición era no tocar ese dinero) y te compras el piso en el año 97 un 4º sin ascensor y de 30 años…por supuesto, ¡si no de qué iba a costar unos 20000 euros al cambio…! y también tu 1º coche, un  Renault Supercinco del 86 por 350000 calas. Y vuelta a empezar que la cuenta está a cero. Me gusta recalcar siempre que puedo lo de mi piso viejo de 2ª o 3ª mano, porque mis amigos todos se metieron en sus pisitos nuevos con ascensor y en hipotecas de 20 años…
Por cierto, que incluso en mi odiada mili que he comentado antes, por estar destinado fuera de la península nos daban un cero más al mes…13000 pesetas frente a las 1300 que te daban más cerca de casa…y en lugar de gastarlo, yo y mi gen ahorrador, (joder que eras un veinteañero ¡date una alegría capullo!, pues ni eso…fui un TRISTE) lo tenía todo en la cuenta y cuando me licencié me pagué el carnet de conducir que recuerdo me costo 100000 pelas (y eso que aprobé a la 1ª).

Te casas en el 99 y ya tienes guita pa amueblar la casa, para el aire acondicionado y pa la luna de miel.

Año 2000 te sales de los plazos fijos y te metes a inversor de sellos ¡qué bien!, ¡ole, ole y ole!

Mirar este vídeo, por favor, es que lo anunciaban por Tele 5 en los informativos

Vas ahorrando y te metes en otro coche de 2ª mano, un Fort Escort pa tu mujer por unos 1500 pavos o así. Tienes una hija y te compras un coche nuevo por 15000 pavos, mi actual Citroën Xsara HDI, sigues añadiendo perras a los sellos y la cuenta a cero y vuelta a empezar. Todo esto en el 2003…

PERO TE TIMAN Y SAQUEAN toda tu pasta en el 2006 y la cuenta otra vez a cero, eso sí, como siempre sin deber ni un duro a nadie…pero te deja jodido y desconfiado para siempre.

Llega el 2009 y ya hemos recuperado algo de guita en las cuentas con el método de siempre, ahorrando y decides que aunque tu casa estaba reformada, adecuarla al nuevo milenio y haces una reforma integral y te gastas sobre los 18000 pavos entre obra y muebles nuevos…y la cuenta otra vez a cero y vuelta a empezar.

Por el camino otro Citroën Xsara idéntico al mío para mi mujer de unos 3500 euros hasta que llegamos al año 2014 y como los plazos fijos tradicionales quedan heridos de muerte por entonces es cuando me empiezo a interesar por una banda de frikis que invierten en bolsa, se supone que para siempre…y me creo este cacho blog y una identidad oculta como si fuera Batman (yo más bien diría Superlopez)…Y el resto ya lo conocéis.

Y ese es el resumen de cómo conocí otro tipo de inversiones más allá de los plazos y los fondos de los bancos… De forma errónea (El tonto de los sellos) y de forma ya veremos si acertada (El tonto del monedero)

A dónde coño voy…

Pues eso nadie lo sabe, ni siquiera los gurús de las tablas mágicas, pero creo que de momento, por el buen camino (toquemos madera una vez más).
Ahí están las demás pestañas del blog que cuentan lo que tengo, lo que compro y lo que me dan. Todo para intentar tener una vida más desahogada y sin tantos obstáculos como la que han tenido mis padres…De momento ni que decir tiene que mi vida comparada con la suya es como la de un majarajá, eso por descontao, quejarme por una vida como esta que os he contado es de chiste comparado con otras gentes que sí saben lo que significa la palabra «Padecimiento». Así que si alguien me pregunta ¿eres feliz?, respondería que sí, a mi manera creo que sí. Si me preguntan crees que tus padres fueron felices?, también a pesar de su azarosa vida diría que sí, pero no sé…fijaos en vuestros padres o abuelos (si han sido de los que han tenido una dura infancia)…tienen como un poso de amargura en la mirada, como una especie de tristeza acumulada, de resignación…no sé, igual es solo la vejez.

Estas cosas acumuladas en mi casi medio siglo de vida son las que me bullen en mi melón y creo que por eso me dio por crearme ahora ese monedero bolseril, pero antes buscar mi colchoncito por otros medios…y siempre ahorrando, desde muy chico y los 5 duros que tenía de paga…para poderme hacer mi autoregalo en reyes, como esas cajas de 5 clicks de Famóbil que costaban 500 pelas. Imaginaos para un crío de 10 años el esfuerzo de juntar 500 pelas, ¡igual todo el año!.

Esta de los piratas la tuve yo…y también otra de unos vaqueros del oeste con vacas y caballos

Ahora que tengo más posibilidades también le doy mil vueltas a las cosas hasta que me decido a comprarlas y es gracias a mi mujer (y mi hija) que he dejao de ser tan rata como en la juventud, y ahora sí que gastamos más…por eso digo lo de «gracias» a ellas. Ahorrar hasta el extremo a veces puede ser hasta perjudicial para la salud y es que si siguiera en modo rateril, no me habría ido de vacaciones nunca o esas escapadas que hacemos todos los años con los amigos…y que valen una pasta. Vuelvo a repetirme que creo que he sido feliz, pero lo podía haber sido más, eso está claro. ¿Es que la felicidad solo la compro con dinero?…pues diría que sí. El dinero ayuda a ser feliz, ¡qué cojones!, me río de ese refrán de «El dinero no hace la felicidad»…¿qué buscáis todos los que me estáis leyendo más que dinero y dinero?.

Cultura financiera propiamente dicha no he tenido, ni sé lo que es…pero como podéis ver siempre ha estado ahí eso de ahorrar lo que se pueda. Y es que librarte de una hipoteca o de las letras de un coche o la lavadora, es si no de sobresaliente, al menos sí de bien alto o notable, creo yo.

¿Se cumplirá mi Cuento de la lechera?, OJALÁ.

A veces me digo, ¡me lo merezco COÑO!…pero solo muy de cuando en cuando, es lo que tiene ser un especimen de lo más vulgaris, que no nos sobran los motivos para darnos palmaditas en la espalda.









Chistecito del día

-Háblame de tí, ¿qué te gusta?

 El jamón.

Ja, ja,ja ¡bromista! me refiero a cosas intangibles, como pasear, charlar, la lectura…

El olor a jamón









Chistecito del día bis

Jamás uses el GPS para ir al cementerio…es horrible escuchar: «Ha llegado a su destino»

Chistecito del día tris

– Doctor, ¿cómo se encuentra mi marido?

Bien, le hemos puesto una vía

 ¡ Qué contento se va a poner porque es extremeño!

Chistecito del día cuatrís

– Le condeno a 3 meses de cárcel por injurias

– ¿Qué es eso de las injurias?

–  Se comete injurias cuando insultas o vejas

¿Y por insultar ovejas vas a la cárcel?

 Y por gilipollas

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